El mes de mayo es un mes en el que siempre vamos apurados por la parroquia, son tantas las cosas a celebrar que nos falta el tiempo y ante tanta actividad... ¿a quién no le gusta hacer una pausa para volver a poner la mirada en María y coger fuerzas? Y tanto paramos que... ¡mira en qué fechas llegamos! ¡Disculpad la tardanza!
De la mano de una madre la vida siempre es mucho más agradable y llevadera, ¡cuántas gracias debemos darle a la Virgen por ser, entre otras muchas cosas, nuestro refugio, nuestro consuelo y nuestro auxilio! ¡Deja que Ella se convierta hoy en la causa de tu alegría y, siguiendo su recomendación de hacer lo que su Hijo te diga, atrévete a seguir imitando a Jesús! ¿Cómo? ¡Buscando el perdón e intentando vivir en auténtica comunión!
En 2017 ya hablamos sobre ese tema por nuestro blog en dos entradas que, si te apetece, puedes releer por aquí:
Si el acto de querer disculpar nos parece tan necesario... ¿cómo no vamos a volver a insistir en ese asunto?
Está muy bien eso, que tanto se ha repetido, de "Amaos unos a otros como yo os he amado" (Juan 13, 34) pero, oye, ¿no te ha pasado nunca que quieres amar y, de repente, no te sale? Parece que hubiera veces en las que resulta casi imposible darse al que tenemos al lado, especialmente si hemos recibido antes algún zarpazo que nos ha dejado endurecidos.
¿Qué hacer si sientes que tienes el corazón como una piedra?
Pues... las opciones pueden ser muy diversas pero nuestra recomendación es que te acerques a la iglesia un rato, busques a Jesús Sacramentado (en nuestra parroquia tenemos Exposición del Santísimo todos los jueves) y delante de Él, dejándote inspirar por su Palabra, intentes averiguar el origen del problema que te hace estar así y luches por buscar la solución, que muchas veces pasa por acercarse a los sacramentos porque son nuestra ayuda para poder reaccionar. No se alimenta el que ama sino el que necesita amor. Y no se te ocurra decir que es que ya has perdonado demasiado, o empezar a justificarte poniendo excusas y criticando a los demás, porque eso lo único que testimoniará es que estás muy lejos de Cristo.
Te dejamos estas dos lecturas que nos parecen muy oportunas por si quieres reflexionar:
- Parábola sobre el perdón y la misericordia. (Mateo 18, 21-35)
- La adúltera. (Juan 8, 1-11)
¿Qué conclusiones sacas tú? Anímate a compartir tu opinión en un comentario.
¿No has llegado a entender nada? Contacta con un sacerdote y pídele ayuda. Dile que te explique el significado, que seguro que estará encantando de atenderte.
Si Jesús fue capaz de darse por nuestros pecados hasta la muerte y siempre nos da la oportunidad de reconciliarnos con Él, a pesar de los errores y desprecios que le regalamos... ¿Por qué no hacemos nosotros, alguna vez, la vista gorda ante algo que nos desagrade? En el mundo se habla mucho de respeto pero la sensación es que vivimos en una sociedad cada vez menos tolerante. ¡Cuánta falta nos hace mirar más a la Cruz! ¡Cuánto bien recibimos al recuperar el estado de gracia con la confesión! ¡Cuánto necesitamos la Eucaristía y encontrarnos en ella con el mismo Dios! Acudamos, como ya hicimos el día 17 de mayo, a San Pascual, nuestro patrón, y pidámosle que nos ayude a descubrir todo el amor del Creador. En dejarnos amar por Él e intentar corresponder es donde reside la verdadera felicidad (aunque no sea fácil).
Y pidámosle también, en este fantástico momento como es Pentecostés, por todos esos niños que este año han recibido su Primera Comunión, para que no sea la última y para que se animen a seguir formando parte activa de la Iglesia en compañía de sus padres y familiares. ¡Todos tenéis las puertas de esta parroquia abierta! ¡Queremos contar con vosotros!
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