sábado, 30 de noviembre de 2019

Aseméjate a Dios y ve conquistando, de la mano de la Virgen, su Reino

Despidiendo el año litúrgico y a punto de recibir el Adviento regresamos con esa publicación mensual habitual que suele llegar en los últimos días del mes. Ya llevamos un tiempo considerable mirando a Jesús y avanzando en ese reto de imitarle que proponíamos a principios de año.

En la última publicación te animábamos a salir a la calle y a no dejar de evangelizar. ¿Has podido llevar a cabo la experiencia? Si todavía no lo has hecho... ¡no lo dudes y prueba! (Es más sencillo de lo que imaginas). Los que formamos la Iglesia podremos equivocarnos, caer y tener que volver a levantarnos, pero nunca debemos dejar de intentar dar a conocer a Dios, quien en la figura del Hijo, Jesucristo, se hizo hombre y, por amor, entregó su vida para salvarnos y ahora nos "llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y, por tanto, los herederos de su vida bienaventurada" (CCE 1).

El otro día celebrábamos la fiesta de Cristo Rey, nosotros somos príncipes en su Reino, y recordábamos que el Señor, después de su vida terrena, ascendió a la casa del Padre y fue coronado como Rey del universo, es decir de todo lo creado, lo conocido y desconocido, lo visible y lo invisible. Lo que en su momento pareció una historia de derrota y fracaso, sabemos que fue de triunfo y que, con toda su gloria, ha de volver para acoger a su lado a los que durante nuestro periplo terrenal hayamos decidido ser fieles a su Palabra y coherentes con su Evangelio. Así que, ya sabes, anímate a mantener vivo el anuncio de la Salvación mientras se hace realidad la Parusía o plenitud de los tiempos.



¡Qué maravilla es ese proceso de dar a conocer a un Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra! ¡Qué enriquecedor compartir nuestras vivencias con los que tenemos cerca! ¡Qué reto poder ir asemejándonos cada día un poco más a Dios! Y justo eso es lo que queremos proponerte en esta publicación. ¿Y cómo puedes hacerlo? Pues mirándolo, a Él y a todo lo que ha creado, meditando qué puede estar esperando de ti y poniéndote al trabajo. (Los mismos tres pasos que te recomendábamos el pasado mes de febrero para amar. Puedes recordar la entrada aquí: https://parroquiasanpascualaranjuez.blogspot.com/2019/02/amaos-unos-otros-como-yo-os-he-amado.html) Admírate con la perfección de sus obras naturales, disfruta con la belleza de las creaciones de algunos artistas a los que ha inspirado y, sobre todo, aprende a distinguir todo aquello que no proceda de su mano para intentar enmendarlo y ayudar así a su plan de hacer un mundo mejor.
Y todo esto queremos que lo hagas de la mano de esa mujer que tanto meditó la Palabra en su corazón, la que confió en Él cuando todo parecía más locura y a la que hoy seguimos necesitando, no solo como coprotagonista de la historia, sino también como guía que nos ayude a vivir, cada vez con más profundidad, los misterios que nos recuerdan que tanto nos amó Dios que asumió nuestra naturaleza, para ofrecernos la salvación. ¡Por eso es tan importante que queramos imitar a Jesús! ¡Por eso tan bueno que vayamos de la mano de su Madre!


Todo aquel que se abraza a la Virgen cuando el transcurrir por esta vida se hace demasiado cuesta arriba y mantiene la esperanza cuando se ve golpeada por la soledad, la enfermedad o la falta de trabajo, entre otras cosas, seguramente se acabe encontrando con Jesús Resucitado, quien hará probable lo imposible.
 
Nosotros estos días estamos felices y más conectados a María porque, gracias a la cofradía del Santo Entierro de nuestra parroquia, el otro día acogimos una nueva imagen de Ella, que quisimos bendecir con la advocación de Ntra. Sra. del Encuentro. Ojalá haya venido para engrandecer la semana santa de nuestro querido Aranjuez, para aumentar la fe y piedad de todos y hacer más evidente a nuestros sentidos terrenos el encuentro entre Jesús y la Madre, entre lo humano y lo divino, así como, especialmente, la importancia del encuentro entre nosotros. Deseamos que vengas a nuestra parroquia y que en ella encuentres ese lugar donde te sientas acogido, valorado, querido y como en casa; ese espacio donde te entren ganas de echar raíces y quedarte allí (de hecho si llamas a la puerta de nuestras hermanas Concepcionistas Franciscanas y dices que quieres unirte a ellas seguro que se alegran de recibir alguna vocación).
Conseguir crear una verdadera comunidad pasa por el empeño activo de cada uno, por aportar nuestro granito de arena y comprometernos a construir una sociedad más habitable y más humana. No te dé miedo ni vergüenza, te lo hemos dicho muchas veces, todos podemos aportar algo aunque parezca insignificante y, como dice el refrán español, “grano no hace granero pero ayuda al compañero”

Así que... ya sabes, anímate y vente a vernos. Aprovecha que este domingo empezamos un año nuevo litúrgico y ven a prepararte para la Navidad porque, aunque quieran hacerte parece que ya hemos llegado a ella, todavía tenemos por delante cuatro semanas preciosas de preparación.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Orando con Santa Teresa de Jesús: Nada te turbe

Hoy el texto que queremos compartir es un conocido fragmento de un poema-oración para el que creemos que no hacen falta palabras de presentación. 

Fue escrito por la mística Santa Teresa de Jesús, fundadora de la orden de los Carmelitas descalzos, y estamos convencidos de que, si lo meditas bien, podría ayudarte a sobrellevar las dificultades que puedas estar viviendo (o a menos verlas con otros ojos).

Fuente: Wikipedia
By Fray Juan de la Miseria
http://www.umilta.net/teresavila.html

 
 
"Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda,

La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta"











¿Qué nos dice su lectura?

Que nuestro modo de sentir está influenciado por formas de pensar adquiridas. En lo más profundo de nuestro subconsciente se encuentra grabado que necesitamos la atención y apoyo de los demás para ser felices. Pero la experiencia no nos confirma esto sino que vemos que estas aportaciones son temporales, que la atención de seres queridos y amigos viene y se va, y por lo tanto no nos proporciona la estabilidad que necesitamos. Así la tensión que provoca esta experiencia consolida nuestra ansiedad por estar varados en lo impermanente.

Aunque bien está sentir en las relaciones humanas que en lo profundo está instalado el amor, esta percepción nos debería llevar a dar un paso más y así darnos cuenta que el verdadero soporte de todo y todos es Dios. Él es permanente, eterno y siempre está con nosotros aunque no seamos conscientes de ello.

¿Y a ti qué te inspira? ¡Anímate a compartirlo dejándonos un comentario!