viernes, 17 de abril de 2020

Orando con la Sagrada Escritura. Mc 13, 33 y Rom 13, 11

¡Feliz Pascua! Nunca nos olvidemos de que, a pesar de que las circustancias puedan hacernos sentir todavía como Jesús en Getsemaní, ¡verdaderamente el Señor ha resucitado! ¡Aleluya! 


Y con la alegría que siempre nos debe dar sabernos salvados por Cristo, volvemos en este mes de abril a proponerte un nuevo texto para meditar. Bueno, en realidad, para esta ocasión hemos querido quedarnos con dos versículos de la Sagrada Escritura. Estos dos fragmentos de la Biblia, en concreto el primero del Evangelio de San Marcos que muestra unas palabras de Jesús y el segundo que proviene de la carta de San Pablo a los Romanos, reflejan una actitud del ser humano necesaria pero olvidada.
"Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento." (Mc 13, 33)
"Comportaos así, reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertar del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe." (Rom 13, 11)

¿Qué nos dice su lectura?
Que en el presente quizá podamos tener la claridad perdida en las inquietudes y deseos materiales pero hoy es buen momento para que nos paremos a reflexionar sobre algunas cuestiones básicas como saber qué somos, qué debemos ser y cómo podemos llegar a serlo. Encontrar la respuesta han de ser la tarea más urgente de todo hombre, según plantea la santa Edith Stein en su obra La estructura de la persona humana.

En los últimos tiempos nos ha resultado muy fácil sentirnos como pequeños dioses y pensar que controlábamos lo que hacíamos, que éramos dueños de aquello que habíamos conseguido y así, día a día, nos íbamos acomodando a ese estado de bienestar al que todos aspirábamos y nunca veíamos completado. Y sin embargo ahora, ante la llegada de una crisis, podemos experimentar que las cosas parecen escapar a nuestro control y llevarnos a sentir imbuidos en la agitación de un sueño que parece no tener fin. Ese sueño, recordando la obra de Calderón de la Barca que tiene como eje central la libertad del hombre, es la vida. Y lo que se nos regala a los cristianos aquí en la tierra, y que se puede vislumbrar en las palabras escogidas, no es sino una muerte figurada y lo contrario a estar despiertos y por lo tanto vivos. 

Es nuestra misión permanecer atentos al flujo de Vida divina que nos llena, debemos buscar siempre a Dios en todo lo que hagamos, hemos de vivir con cautela y en actitud vigilante porque ese encuentro personal con Él es el momento desconocido. Mientras estemos aquí nos encontraremos dormidos a la Vida, dormidos a Jesús. Es necesario el morir del sueño para resucitar a la Vida. Es un regalo poder ir recorriendo el Camino con la confianza puesta en Él, con la esperanza de que el nos aliviará de cualquier sufrimiento que tengamos y la felicidad de saber que Cristo ha resucidado y viene a tu encuentro. ¡Estate atento!

¡Mucho ánimo! Y por aquí nos tienes si necesitas que, en tiempos de incertidumbre, alguien te tienda una mano.

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