martes, 17 de noviembre de 2020

Orando con la Sagrada Escritura. Salmo 23 (22)

Querido seguidor de nuestro rinconcito parroquial virtual, hermano en la fe o ateo al que nos gustaría conocer. ¿Cómo va todo? ¿Sigues sobreviviendo a la pandemia que tenemos encima? Esperamos que sí, que el Señor te esté regalando salud y hoy puedas estar leyendo estas líneas con el corazón tranquilo, lleno de ánimo y optimismo. Y si la enfermedad hubiera ido a visitarte y te estuviera tocando pasar por un mal momento... ¡confía en el Señor y acepta su voluntad que, aunque a veces nos desconcierte, siempre es lo mejor! ¡No te canses de luchar, de rezar pidiendo tu recuperación y anímate a seguir leyendo!  

Sabemos que noviembre puede resultar un mes lleno de melancolía para mucha gente. Anochece antes, el tiempo empeora, el paisaje nos refleja la decadencia de la naturaleza y, con cierta facilidad, podemos relacionarlo con el fin de nuestro ciclo vital y venirnos un poco abajo. Si a eso le sumamos la situación tan triste que vivimos, por la incertidumbre que a todos nos rodea y el elevado número de fallecimientos que nos estamos viendo obligados a digerir, podemos caer fácilmente en el llanto desconsolado y ver cómo nuestra fe se tambalea. Por eso para hoy hemos querido seleccionar un salmo que se escucha con asiduidad en los funerales y cuya meditación creemos puede llenarte de esperanza o ayudarte a mantenerla viva.

Se trata del salmo 23 (22). Nos lo ofrece el salterio en las horas intermedias del II y IV domingo del tiempo ordinario, así como las lecturas del miércoles de la semana XXXII del tiempo ordinario del año par. Y también lo encontramos, dentro del ciclo A, en el cuarto domingo de Pascua. ¿Y de dónde le viene este éxito? Pues quizá resida en su sencillez. Te dejamos por aquí sus versos, que son toda una invitación a reconocer la voz del Señor y dejarnos guiar por Él.

"Salmo de David.
El Señor es mi pastor,
nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término."
 

 ¿Qué nos dice su lectura?

Que se trata de unas palabras que nos invitan a la conversión y a seguir al Señor, quien es el mejor Pastor que podamos encontrar. Pero a la vez nos llaman a hacernos sentir un poco protagonistas. Cada uno también es guía para aquellos que tiene cerca. Podemos llevar sosiego a nuestros familiares y amigos y ayudarlos a recuperar las fuerzas en el duro camino de la vida, de forma que al reconocer nuestra voz (que siempre ha de ir en comunión con la del Pastor) deseen seguir esos pasos.

Si Jesús está con nosotros y es nuestro amigo, nosotros debemos hacer lo mismo con los demás. ¿Y cómo conseguirlo? Pues principalmente conociendo su persona, cuidando la relación que mantenemos con Él y los vínculos que tenemos con aquellos que Él ha querido poner a nuestro cargo, y adentrándonos a conocerlos, sin prejucios y con una mirada llena de misericordia como la que tiene Dios con nosotros. Cada vida tiene unas características generales muy similiares pero si entramos en el detalle descubriremos la unicidad e irrepetibilidad del hombre, como ocurre con las ovejas de un rebaño. Intimemos con los demás y comprometámonos. No vivamos solamente de relaciones superficiales y dejándonos arrastrar por la cultura del usar y tirar que tenemos. 

Y para finalizar, así como para completar estas pobres palabras, queremos invitarte a leer esta otra reflexión sobre la que creemos que merece la pena introducirse.

https://cipecar.org/escuela-de-oracion/fichas-de-oracion/05-con-los-salmos/salmo-22-el-senor-es-mi-pastor/

¿Estarás dispuesto a seguir al Buen Pastor? ¿Y a ser su zagal?  ¿Qué impresión tienes tú de Dios? ¿Te sientes acompañado y te sosiegan su vara y cayado o más bien lo contrario? ¡Déjanos un comentario y cuéntanoslo!

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