Hace unos días nos llamaba la atención un tweet publicado por nuestras hermanas concepcionistas (a las que te invitamos a seguir) que decía lo siguiente:
"Muchos no quieren hablar de la #muerte. ¿Por que será? Si es una de las cosas que todos la tenemos segura... ¿por qué ese miedo? ¿Será porque tu vida no la vives según #Dios? Deja que cumpla en ti su #voluntad y que la Santísima #Virgen te acompañe y proteja en el camino."
Y hoy, que es ese día en el que la famosa noche de Halloween está a punto de llegar, por aquí casi creemos lo contrario:
¿Qué está ocurriendo que parece que cada año cobra más fuerza en España esta celebración? Muchos hablan de la muerte y da la sensación de que se hubiera perdido el miedo al momento de expirar. Cada vez más gente cree que lo importante es disfrutar al máximo de la vida y pasarlo bien. Y así... ¿qué voluntad se va a cumplir sino la personal? Los planes de Dios poco se tienen en consideración.
Si tú eres de esos que se han aficionado a salir disfrazados de fantasma, zombie, bruja o monstruo por la calle; a organizar fiestas en casa con los amigos para ver películas de miedo; a preparar comidas "terroríficas"... queremos hacerte una pregunta: ¿qué te mueve a hacerlo? ¿Qué festejas? ¡Déjanos un comentario y cuéntanos!
La Iglesia, para contrarrestar la oscuridad de todo lo que la sociedad consumista actual intenta vender, lleva unos años aprovechando la cita para, con el lema "la santidad vence", evangelizar entre los más jóvenes dando una nueva vuelta de tuerca al asunto. No es raro ver que en muchas parroquias (y no descartamos sumarnos algún año a esas iniciativas, aquí puedes ver las de este año en la Diócesis de Getafe) se invite a los grupos de chavales a vivir la jornada de una forma distinta: disfrazándose de santos; organizando alegres gymkanas; y, entre otras cosas y por encima de todas, buscando la luz del Señor en adoraciones tardo-nocturnas que nos muestran, fehaciente y evidentemente, que lo mejor de la muerte es poder alcanzar la Vida Eterna.
Para un cristiano la noche del 1 de noviembre no debe ser nunca una noche de miedo sino de esperanza. No se debe mirar a aquellos cuyo espíritu agonizante vaga por el mundo asustando a los que habitamos en él sino a esos otros que confiaron plenamente en Dios y descansan disfrutando de la Gloria de su Reino.
Tanto Halloween como Holywins (o la Solemnidad de todos los Santos, que es como a nosotros nos gusta llamarlo), suponen un acercamiento de los vivos al mundo de los muertos. La belleza de la fiesta cristiana radica en que para nosotros todas esas almas no han quedado perdidas sino que, gracias al Santo Espíritu, que habitaba en los que faltan y se ha quedado entre nosotros, podemos usar sus buenas inspiraciones para trabajar la fe y confiar en la misericordia del Señor; creer que todos (y no únicamente un grupo de privilegiados) somos llamados a la Santidad; y derrochar generosidad en el intento de agradar al Buen Pastor que nos guía día y noche.
Y para despedirnos queremos quedarnos con estas palabras de Benedicto XVI con la que iniciaba la homilía de la misa en la Solemnidad de Todos los Santos en 2006 y que podéis leer intégramente aquí:
"Queridos hermanos y hermanas, hoy contemplamos el misterio de la comunión de los santos del cielo y de la tierra. No estamos solos; estamos rodeados por una gran nube de testigos: con ellos formamos el Cuerpo de Cristo, con ellos somos hijos de Dios, con ellos hemos sido santificados por el Espíritu Santo. ¡Alégrese el cielo y exulte la tierra! El glorioso ejército de los santos intercede por nosotros ante el Señor; nos acompaña en nuestro camino hacia el Reino y nos estimula a mantener nuestra mirada fija en Jesús, nuestro Señor, que vendrá en la gloria en medio de sus santos."